Buenos días ESO del 15 al 19 de diciembre
Lunes, 15 de diciembre
Martes, 16 de diciembre
DIOS NO QUIERE QUE NADIE SEA EXPLOTADO POR OTROS
PALABRA DE DIOS: Juan 11, 10
«Porque el que tiene vida es por mí, y el que tiene la vida la tiene en plenitud».
REFLEXIÓN
Dios nos creó iguales, con dignidad, con libertad. No hay personas de “primera” y de “segunda”. Todos valemos lo mismo, aunque el mundo muchas veces no lo refleje. Hay quienes sufren injusticias, quienes son tratados como objetos, como números, como medios para un fin. Personas que trabajan sin descanso, que no tienen lo necesario para vivir, que son ignoradas por la sociedad. Pero Dios no se queda indiferente. Jesús vino a cambiar eso. No nació en un palacio, sino en un pesebre. No eligió el poder, sino la cercanía. Se hizo pobre para estar cerca de los que no cuentan, de los que nadie ve.
El Adviento nos prepara para recibirlo. Y recibirlo no es solo poner luces o cantar villancicos. Es abrir los ojos a la realidad, dejar que nos duela la injusticia, comprometernos con la dignidad de todos. ¿Y si hoy decidimos mirar a los que están al margen? ¿Y si defendemos al que es humillado, al que es ignorado? ¿Y si usamos nuestra voz para construir un mundo más justo?
Jesús viene a compartir nuestra historia. Y quiere que tú también formes parte de la suya: una historia de justicia, de compasión, de esperanza. No tengas miedo de ser luz. No tengas miedo de ser justo. Porque cuando defendemos la dignidad de los demás, estamos preparando el mejor pesebre para que Jesús nazca en nuestro mundo.
VÍDEO
Cómo Dios Usa a las Personas que el Mundo Rechaza - HISTORIAS BIBLICAS
https://www.youtube.com/watch?v=oRt1rnIbrns
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ORACIÓN
Hoy, piensa en alguien que necesita apoyo o justicia. ¿Puedes hacer algo por él o ella? ¿Puedes levantar la voz, compartir, acompañar?
Jesús, tú viniste a liberarnos del egoísmo y la injusticia. Ayúdanos a construir un mundo donde nadie sea explotado, donde todos vivamos como hermanos. Que tu luz nos guíe en este Adviento. Amén.
Miércoles, 17 de diciembre
DIOS NOS DA UN CORAZÓN DE CARNE Y NO UNO DE PIEDRA PARA AMAR
REFLEXIÓN
Dios, en su infinita bondad, no nos creó para ser indiferentes ni insensibles. Nos formó a su imagen, y eso significa, sobre todo, que nos dio la capacidad de amar profundamente. Cuando decimos que “nos da un corazón de carne y no uno de piedra”, estamos reconociendo que Dios no quiere que vivamos con frialdad o egoísmo, sino con ternura, compasión y entrega.
En el lenguaje bíblico, el "corazón de carne" es símbolo de un corazón vivo, sensible, abierto a Dios y al prójimo. No es débil, sino valiente. Es un corazón que sufre con el que sufre, que perdona, que abraza, que llora y se alegra. Es el corazón que, al estilo de Jesús, se deja tocar por la miseria humana y responde con misericordia.
Don Bosco nos enseñó a vivir con un corazón lleno de amor, especialmente hacia los jóvenes, los más necesitados, los olvidados. Él no formaba desde el miedo, sino desde el amor que educa, que corrige con dulzura, que acompaña con alegría, que cree en cada persona y la ayuda a descubrir lo mejor de sí misma. Su corazón era todo de carne: un corazón de pastor y de padre.
El amor verdadero a veces duele, exige sacrificio, paciencia, humildad. Pero es ese mismo amor el que nos transforma y nos hace más humanos y más santos. Un corazón de piedra se protege, se endurece, se encierra. Un corazón de carne se entrega, se expone, confía en Dios y en los demás.
Lo dicho: amar no siempre es fácil, pero es lo que da sentido a la vida. Dios nos equipa con un corazón capaz de hacerlo, no para escondernos, sino para entregarnos, para construir puentes, no muros.
¿Cómo estamos usando ese corazón que nos ha sido dado? ¿Nos estamos volviendo duros por las decepciones o seguimos eligiendo amar, aun cuando cuesta?
PALABRA DE DIOS: Ezequiel 11, 19-20
«Les daré otro corazón e infundiré en ellos un espíritu nuevo: les arrancaré el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que sigan mis preceptos y cumplan mis leyes y las pongan en práctica: ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios».
VÍDEO: https://www.youtube.com/watch?v=dS5mcwbpRE4
Hoy, quizás más que nunca, estamos necesitados de personas que vivan con el corazón como el de Don Bosco: corazones que laten con pasión por la vida, que buscan el bien del otro, que no se cansan de tender la mano, de creer en el cambio, de apostar por la esperanza. Personas que, aun en medio del dolor, siguen amando y repartiendo felicidad.
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ORACIÓN FINAL
Señor, gracias por darme un corazón de carne, capaz de amar, de sentir y de acompañar.
No permitas que las heridas de la vida lo endurezcan ni lo enfríen.
Haz que, al estilo de Don Bosco, viva con un corazón abierto, alegre y generoso,
siempre dispuesto a tender la mano, a escuchar, a perdonar y a creer en los demás.
Que tu amor me transforme cada día y me haga signo de tu ternura en medio del mundo.
Amén
Jueves, 18 de diciembre
DIOS NACE EN UNA FAMILIA SENCILLA
PALABRA DE DIOS: Lucas 2, 40
«Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; la gracia de Dios estaba sobre él».
REFLEXIÓN
La familia es fundamental porque proporciona el apoyo, el cariño y la educación necesarios para el desarrollo emocional, social y personal de sus miembros desde la infancia hasta la adultez. De acuerdo con un estudio de la universidad de Salamanca, nueve de cada diez jóvenes consideran que la familia de origen es muy importante en su vida, y ocho de cada diez, que ha sido o será referente a la hora de formar la suya propia.
Al recordar la Navidad, recordamos la Sagrada Familia, la de Jesús el núcleo de Amor primero en el que se cría como un bebé con el amor de sus padres.
VÍDEO: https://www.youtube.com/watch?v=T0qb0h65PZY
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ORACIÓN
Los días de Navidad son días familiares, pero cada familia es un mundo y la familia perfecta no existe.
Te pedimos en los buenos días de hoy que hagas memoria en tu mente y en tu corazón y pienses en cada una de las personas que forman tu familia y con las que estarás estos días (o no). Dedica unos segundos en silencio a tenerlos presentes y pedir por sus necesidades.
Pedimos en esta mañana cercana a la Navidad por nuestra familia.
Haznos, Padre, conscientes del papel que tenemos en el cuidado de la misma.
Ayúdanos a entregarnos y colaborar más en casa para que nuestro hogar sea mejor.
Viernes, 19 de diciembre
¡FELIZ NAVIDAD DE ESPERANZA!
PALABRA DE DIOS: Hebreos 2, 15
«Jesús se hizo hombre para liberar a los hombres, quienes habían estado esclavizados toda la vida por temor a la muerte».
REFLEXIÓN
La Navidad como esperanza se basa en el nacimiento de Jesús, visto como la encarnación del amor de Dios, que trae una nueva oportunidad de vida, paz y reconciliación al mundo. Esta esperanza se fundamenta en la fe en Jesús, que es una luz en la oscuridad, y motiva a las personas a ser portadores de esperanza, compartiendo amor y practicando la compasión con los demás. La Navidad invita a la renovación interior y a encontrar descanso en el niño de Belén, especialmente ante las dificultades y la agitación del mundo.
Al nacer pobre y humilde, Jesús representa una revolución de amor y ternura, destinada a dar esperanza y dignidad a los marginados y desheredados.
La esperanza es la gasolina de nuestro motor mental, si no creemos que el futuro será mejor que el presente, que nuestras vidas mejorarán de algún modo, entonces morimos espiritualmente.
Por tanto, lo contrario a la felicidad no es la tristeza, es la desesperanza, esa convicción de que el horizonte es muy gris y todo está y estará jodido.
Reflexionemos un poco todos y respondamos a estas tres preguntas: ¿tienes algo/alguien por lo que vale la pena luchar?, ¿puedes hacer algo para salir de esa situación?, ¿cuentas en tu camino con la ayuda de otros?
VÍDEO: https://www.youtube.com/watch?v=-r9z9zC6c20
ORACIÓN
Padre bueno, que la esperanza que se vive en Navidad se convierta en mi motor de cambio personal y social, inspirando acciones de amor, justicia y reconciliación.
¡FELIZ NAVIDAD!
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