Buenos días ESO del 15 al 19 de septiembre

Lunes, 15 de septiembre 

Acogida y bienvenida  en la iglesia.

Martes, 16 de septiembre

BIENVENIDOS AL CURSO 2025-2026

Hoy volvemos a empezar, y eso siempre es especial. El primer día de clase es como abrir una puerta hacia nuevas oportunidades: nos reencontramos con amigos, conocemos a nuevos compañeros y descubrimos todo lo que este curso puede ofrecernos. Cada uno llega con sus ilusiones, sus miedos y sus sueños, pero todos compartimos lo mismo: el deseo de vivir un año que valga la pena.

Lo más importante es que recuerdes algo: tú eres protagonista de esta historia. Lo que hagas, lo que decidas, lo que pongas de tu parte, marcará el rumbo de tu camino. No se trata solo de estudiar, sino de crecer como persona, de aprender a convivir, de descubrir tus talentos y de dejar huella en los demás.

El curso no será perfecto, pero sí puede ser valioso. Habrá días fáciles y otros más difíciles, pero cada día será una página que podrás llenar con esfuerzo, alegría y amistad. Hoy, al empezar, abre tu corazón y tu mente: Dios te regala esta oportunidad, y confía en que puedes hacer de este año algo grande.

PALABRA DE DIOS: Isaías 41, 10

«No temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré.»

ORACIÓN FINAL
Señor, hoy te damos gracias por este nuevo curso que comienza. Te pedimos que fortalezcas nuestra ilusión por aprender, que nos des paciencia para superar los momentos difíciles. Haz que cada día de este año sea una oportunidad para crecer y para dar lo mejor de mí.

MARÍA AUXILIADORA, RUEGA POR NOSOTROS

Miércoles, 17 de septiembre

5200 AÑOS DEL INVENTO DE LA ESCRITURA 

Imagina por un momento un mundo sin WhatsApp, sin Instagram, sin apuntes, sin canciones escritas, sin cómics ni libros. ¿Cómo contarías a los demás lo que piensas, lo que sueñas o lo que has vivido? Pues así estaba la humanidad hasta hace más de  5000 años, cuando en Mesopotamia alguien  inventó la escritura cuneiforme, grabando símbolos en tablillas de barro. Fue como encender una luz gigante en la historia: de repente, los recuerdos, las leyes, las historias y hasta las cuentas de la tienda ya no se perdían en el aire, quedaban guardados.

Gracias a ese invento podemos conocer lo que pasó antes de nosotros, compartir lo que sentimos y dejar mensajes que duran más allá del momento. Sin escritura, no existirían los exámenes (vale, esto quizá os gustaría 😅), pero tampoco habría novelas, canciones, videojuegos con guion, ni la posibilidad de mandar un mensaje a alguien que está lejos, entre otras muchas más posibilidades.

Hoy tú usas la escritura todo el rato, aunque a veces no te des ni cuenta: cuando mandas un meme con texto, cuando haces una búsqueda en Google, cuando apuntas los deberes o cuando escribes en un chat de grupo o a un amigo, amiga tus palabras tienen un gran poder, para bien o para mal, quédate con las buenas que comunican, crean, enseñan, comparten y animan.  Este día nos recuerda que escribir no es solo juntar letras: es una herramienta para crecer, aprender y conectar con los demás. Cuida lo que escribes, usa tu creatividad y recuerda que tus palabras pueden cambiar tu historia y la de otros.

PALABRA DE DIOS: Juan 8, 3-11

«Los fariseos llevan a Jesús a una mujer sorprendida en adulterio, esperando atraparlo. En lugar de responder inmediatamente, se inclina y escribe en el suelo antes de decir: "Que el que esté libre de pecado tire la primera piedra».

ORACIÓN FINAL

Señor, gracias por el regalo de la escritura que me permite aprender, expresar lo que siento y comunicarme con los demás. Enséñame a usar bien mis palabras, tanto en un cuaderno como en las redes sociales, para construir, animar y dejar buenas huellas. 

MARÍA AUXILIADORA, RUEGA POR NOSOTROS

Jueves, 18 de septiembre

3800 AÑOS DEL CÓDIGO DE HAMMURABI

Hoy viajamos al pasado, nada menos que 3800 años atrás, a la antigua Mesopotamia. Allí, el rey Hammurabi mandó grabar en piedra lo que se conoce como el primer gran código de leyes de la historia. ¿Qué hizo? Pues algo revolucionario: poner por escrito las normas que todos debían cumplir. Ya no era lo que a uno se le ocurría en el momento, sino que había reglas claras para vivir juntos.

Algunas leyes eran muy duras (seguro que habéis oído eso de “ojo por ojo, diente por diente”), pero lo importante fue la idea: la justicia necesitaba reglas escritas, iguales para todos. Gracias a eso nació el concepto de ley, evolucionada, imprescindible para servir y proteger.

Ahora piensa en tu día a día: en clase tenéis normas, en el cole también, y hasta en los grupos de WhatsApp sabéis lo que está bien o mal hacer. Imagínate que no hubiera reglas: cada uno haría lo que le diera la gana y todo acabaría en caos y gente mal parada. Las normas no son para fastidiarte ni coartar tu libertad sino para que tú y los demás podáis tener la misma libertad, obligaciones y derechos que nos ayuden a convivir y crecer en paz.

Ser responsable con tus palabras y acciones —en el cole, en la calle o en redes— es como tener tu propio “código de Hammurabi” personal. Al final, se trata de algo sencillo: respetar para ser respetado.

PALABRA DE DIOS: Levítico 19, 18
«No te vengarás, ni guardarás rencor (…)  sino amarás a tu prójimo como a ti mismo.»

ORACIÓN FINAL

Señor, gracias por las normas que me ayudan a vivir mejor con los demás. Enséñame a pensar de forma justa, a respetar lo que me rodea y a tomar decisiones responsables, tanto en el cole como en mi vida diaria. Que mis palabras y acciones siempre construyan paz y respeto.   

MARÍA AUXILIADORA, RUEGA POR NOSOTROS

Viernes, 19 de septiembre 

80 AÑOS DEL FIN DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Y LA CREACIÓN DE LA ONU

Este año recordamos que han pasado 80 años desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Aquel conflicto fue una de las mayores tragedias de la historia: millones de personas murieron, muchas ciudades quedaron destruidas y el mundo comprendió que debía buscar nuevas formas de convivencia para no repetir esos errores. De ese deseo de paz nació en 1945 la Organización de las Naciones Unidas, la ONU.

La ONU se creó con un objetivo claro: que los países dialogasen antes de volver a enfrentarse. Desde entonces, ha desarrollado muchas funciones: mediar en conflictos para evitar guerras, apoyar a los refugiados y desplazados, luchar contra el hambre y la pobreza, proteger los derechos humanos, promover la educación y la sanidad, y coordinar respuestas globales ante crisis, como epidemias o el cambio climático. Su misión no siempre es fácil y, aunque ha conseguido grandes avances, también es verdad que en ocasiones no ha sabido actuar con suficiente rapidez, contundencia o eficacia.

Hoy vemos situaciones que nos recuerdan que la paz todavía está lejos: genocidios como el de Gaza, o guerras que provocan sufrimiento en millones de personas hacen ver que la historia se sigue repitiendo. Esto nos obliga a reflexionar sobre la importancia de no olvidar lo que pasó hace 80 años y de mantener siempre viva la memoria histórica. Recordar es un modo de aprender y de comprometernos a no repetir los errores del pasado.

Y vosotros sois parte de esta historia. No hace falta ser diplomático ni político para construir paz: La paz comienza en lo pequeño, en lo que cada uno hace en su vida diaria y ahí tú también eres protagonista: en tu escala de acción-repercusión cada gesto de respeto, cada palabra que evita la violencia, cada decisión de cuidar al otro, cuenta. Si en 1945 los pueblos del mundo fueron capaces de levantarse de las ruinas y soñar con un futuro distinto, también nosotros estamos llamados a creer y trabajar en un mundo más justo y humano, siempre; aunque solo se salvase uno, siempre valdrá la pena. La vida siempre vale la pena.

PALABRA DE DIOS: Mateo 5, 9

«Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios».

ORACIÓN FINAL
Señor, concédenos un corazón abierto a la paz y a la justicia. Que nunca olvidemos lo que la historia nos enseña y que sepamos aportar, con pequeños gestos y con nuestras decisiones, a un mundo más humano. Haznos constructores de esperanza allí donde estemos. 

MARÍA AUXILIADORA, RUEGA POR NOSOTROS